Fernán Gómez, actor y anarquista

La pasada semana tuvimos el velatorio progre de Fernando Fernán Gómez donde se dieron cita las viejas glorias del "noalaguerra". Enternecedor fue ver a los del cordón sanitario (los Luppi o las Bardem) de mesa camilla con Zapo en el escenario del Español (con perdón) de Madrid.

Así todo, no me parece mal: ellos se crían y ellos se juntan. Pero lo que me pareció impresentable es que el tal Gómez haya pedido, supongo yo, morir enterrado con una bandera de la CNT anarquista…

¿Sabrá esa sociedad progre lo que es realmente el anarquismo? ¿Sabrá lo que significó para España las barbaridades que cometieron estos antisistema en los años 10, 20 y 30?

El tema de la banderita apenas lo recogieron los medios: no sé si por ignorancia o por vergüenza ajena. En cualquiera de los dos casos, muy sorprendente.

No acabo de entender cómo gente ilustrada como todo un académico de la lengua y actor afamado no haya visto hace tiempo lo ridículo que es seguir creyendo en cosmovisiones de preadolescentes, esas de redimir a los "pobres del mundo luchando contra el imperio yanki" o "combatir a la burguesía opresora". Por lo visto Fernán Gómez no sólo no dejó de creer en eso sino que se hizo cubir por la bandera anarquista.

Por el contrario, si Fernán Gómez hubiera manifestado inquietudes digamos, más nacionales, tipo "me duele España" de Unamuno y hubiera mandado enterrarse con la bandera de España, apenas hubieran ido a despedirlo. Habría salido algún progre en El País, diciendo que Gómez era facha o sospechoso de haber colaborado con el régimen de Franco.

De hecho, todos los actores, titiriteros y demás voceros del rojerío cutre-farandulesco, esos que se declaran luchadores antifranquistas en su día, se hicieron famosos en el régimen de Franco.

Ya les hubiera gustado a los actores disidentes o críticos de Castro, de la RDA o de la URSS por ejemplo, haber hecho lo mismo. Pero no, a Siberia o a cortar bananas 20 años...