Partido Popular: entre el acantilado y la tempestad

Pongámonos poéticos... La situación del Partido Popular entre los partidos de derechas en Europa, es excepcionalmente comprometida. A diferencia de sus colegas europeos que pueden navegar por el mar de la política de una manera más o menos tranquila, el PP siempre se encuentra con mar gruesa a escasos metros de las rocas. Olas de 5 metros detrás y acantilados de 30 metros enfrente. Si el barco pepero avanza, se estrella y si retrocede, se hunde.

Lo que hay enfrente, los acantilados, es la izquierda española, sin duda una de las más pobres intelectualmente de Europa. Francia tuvo a Saint Simon y a Fourie; Alemania tuvo a Marx, Engels o incluso a Kant. Italia tuvo a Gramsci o a Bordita. Por no hablar de los marxistas ingleses… Marx por ejemplo está enterrado en Londres.

¿A quién tenemos en España? ¿Carrillo? ¿Tuñón de Lara? ¿Buenafuente? ¿Gabilondo? ¿Pepiño Blanco? Desolador el panorama, cuando el actual PSOE se reivindica sucesor del PSOE frentepopulista de los años 30, organizador del golpe contra la república en 1934 y del asalto a la legalidad después de las elecciones fraudulentas de febrero del 36, organizando desde el gobierno auténticos escuadrones de matones y pistoleros bastante antes de que Franco se alzara en armas.

Hablando de izquierda intelectual... Ayer en Google encontré casualmente un blog de un antiguo compañero de bachiller (del que no diré el nombre) con el que había hecho buenas migas, justo hace 25 años ahora. Es fantástico lo del Google... En menos de 15 segundos puedes saber donde vive, en qué trabaja, o ver una foto del hijo de cualquier persona que hace años que no has visto.

Coincidíamos en los gustos musicales y entablamos amistad. Con 15 años, éramos unos apasionados de los grandes grupos de rock sinfónico o progresivo de los 70, mientras lo que pegaba entonces era la movida madrileña y el tecno-pop inglés. Solíamos pasarnos horas muertas comentando tal o cual canción, tal o cual músico.

Aparte de lo positivo de coincidir con alguien en tales gustos atípicos (sobre todo para un chico de 15 años), pude disfrutar de su acomodado entorno familiar. Solía pasarme las tardes de los viernes en su casa escuchando discos en su maravilloso equipo HIFI en su salón de 40 m².

Su familia era la típica de izquierdas moderna: ático de 150 m² en zona residencial, calefacción central, garaje, terraza, solarium y criada o aya para los hijos. De lectura de El País dominical y de estar todos a las 9 a cenar, también. En aquel clima, se desdeñaba a los que no eran de izquierdas, con una mirada por encima del hombro y con el comentario de "vaya facha". Todo normal…

Ya con 18 o 19 años, aquellas maravillosas veladas se truncaron porque íbamos cambiando en aficiones y porque no se portó precisamente como un buen amigo. Nos separamos definitivamente y aunque volvimos a coincidir después estudiando filología inglesa, jamás volví a hablarle.

Con el paso de los años, el chico se convirtió en "joven promesa de la poesía española". Se hizo "poeta, crítico y traductor", con un número notable de colaboraciones en revistas y organismos, especializándose también en la traducción de poetas ingleses. Supongo que será que el destino para los niños-bien educados entre El País dominical y una aya familiar: ser "poeta, crítico y traductor", con una entrada dedicada en el Wikipedia encima.

El blog del muchacho es seguro mucho más poético que el mío, por lo que no me resisto a reproducir *no literalmente alguna de sus perlitas políticas. Escribía cosas así: "el PP lleva practicando tierra quemada estos tres años" (…) "grupo de facciosos antisistema que sólo quieren el poder a toda costa" (…) o "ahora se han puesto la piel de cordero por lo que son más peligrosos".

Sonreí al leer estos "originales argumentos" que resisten tanto como un elefante suspendido de un crin de caballo de aquel ex-amigo, que se había hecho aún más radical con los años. Debe ser que al tener el estatus de "poeta, crítico y traductor", le debe pasar ideas a El País porque como que las había oído ya. Lo que está claro es que aquél que mama El País desde pequeño, no suele abandonar sus enseñanzas.

Yo, que no tengo ese estatus poético, tengo otra visión: justo la contraria. Es el PSOE el que es antisistema negociando con ETA o pactando con separatistas; es el PSOE el que es antisistema asaltando la justicia recusando jueces molestos; es el PSOE el que es antisistema encausando a gente como Alcaraz porque discrepa y por supuesto, es el PSOE el que quiere mantenerse en el poder a toda costa a base de propaganda y demagogia. Y así tantas y tantas cosas...

Crecidos por su chollo ideológico social y mediático, el PSOE ni se pone la piel de cordero. Usan y abusan de su chulería, autosuficiencia y prepotencia (aquello que se decía del felipismo) tan características, algo inaudito para una izquierda europea moderna.

Lo divertido en el fondo es ver que la izquierda, sea inculta o cultivada como el caso de mi ex-amigo, es el acantilado para el barquito pepero. Para ellos, la derecha es siempre la misma haga lo que haga. Repiten los mismos tópicos enlatados, se dicen que son mejores y pasan a otra cosa.

Por cierto, mi ex–amigo es coordinador de no sé qué actividad literaria en el Círculo de Bellas Artes de Madrid: ¡ los del cordón sanitario !

*para garantizar la confidencialidad de la fuente.

La próxima semana: la tempestad