Cataluña ahoga libros

Históricamente en la Edad Media y más tarde en los regímenes totalitarios, los libros prohibidos se quemaban. Se pretendía hacer escarnio del autor y dejar claro a la sociedad que leer un libro prohibido llevaría implícita alguna condena severa, como la muerte, por ejemplo.

En la Cataluña del siglo XXI, ese oasis dentro del páramo yermo español para algunos, ya no se queman los libros; se ahogan. Sale más barato y encima no hace humo. No está mal el avance aunque el efecto es muy parecido a quemarlo.

Hace unos días en la televisión publica de Barcelona, se metió el último libro de César Vidal "El camino a la cultura" en un cubo de agua entre las risas y el regocijo de los presentes. Su presentador, Joan Barril del programa Qwerty, indicaba el camino a seguir con los escritores discrepantes con las autoridades uniformadoras catalanas.

La dirección del programa dice que es práctica habitual con los libros "poco recomendables". Ante todo, informar a la gente, sí señor. Y todo esto, en una televisión pública como Barcelona TV…

La izquierda y no digamos el nacionalismo, se mueve por arquetipos, estereotipos y prejuicios: "la izquierda es letrada y culta y la derecha es rural, montaraz y asilvestrada". De ahí que se tenga la autoridad moral de ahogar un libro de alguien de derechas sin que pase nada. Poco importa que la izquierda haya sido capaz de crear un GAL, una cheka o un gulag.

Cesar Vidal o Pío Moa forman parte de los nuevos proscritos por "cometer el delito" de ir en contra de la iconografía izquierdista imperante: "que la II republica fue de todo menos democrática" por ejemplo. Es divertido ver como sus detractores que van de historiadores, no pueden rebatir sus afirmaciones y se jacten de no tener intención de leerlos. Bravo por la coherencia.

Sólo hay que tirarse de hemeroteca de izquierdas o leer alguna autobiografía de Indalecio Prieto o de Azaña para darse cuenta de que se quedan cortos. La II republica fue un ensayo estalinista grotesco en el Mediterráneo como poco.

Gente como Barril o el País o el Periódico de Catalunya no tienen otro argumento que decir Vidal o Moa son "neofranquistas" y punto. ¿Cuándo o dónde los citados han justificado o alabado a Franco? ¿Cuándo se han declarado franquistas? No se cansan de decir que fue un dictador que ganó una guerra pero también que la II República no fue como nos la cuenta la izquierda.

En España el pensamiento es de muy bajo perfil. O eres de izquierdas y moderno o eres franquista, neofranquista, nostálgico y falangista. No hay más. La Cultura es patrimonio de la izquierda y ya está. Una forma muy española de cortar todo tipo de debate, por cierto. Y no te atrevas a hacer best-sellers, que lo ahogamos.

Podríamos hacer la prueba y pedir que en Telemadrid por ejemplo, que ahogaran libros de gente tan impresentable y sectaria como Juan José Millás, Maruja Torres o Antonio Gala. Nos íbamos a reír mucho de las reacciones de todos estos "tolerantes ahogadores".